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Capdepera, Finca muy bien situada con piscina y maravillosas vistas
Construido:
300 m²
Terreno:
9.378 m²
Dormitorios:
4
Precio:
€ 1.800.000,-
Capdepera, Preciosa finca con fantásticas vistas a Capdepera y absoluta tranquilidad
Construido:
167 m²
Terreno:
14.914 m²
Dormitorios:
3
Precio:
€ 1.200.000,-
Capdepera, Bonito terreno edificable entre los pueblos de Capdepera y Cala Ratjada
Terreno:
32.625 m²
Edificable:
320 m²
Licencia de obra:
-
Precio:
a consultar
Capdepera, Maravilloso apartamento con vistas al mar en Canyamel a puertas de las cuevas de Artá
Construido:
80 m²
Dormitorios:
2
Terraza/Balcón:
Precio:
€ 350.000,-
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Bahía de Capdepera
Capdepera es un sitio tan pintoresco como lleno de historia. El nombre del pueblo de 3000 habitantes deriva del latín Caput Petrae (cúpula de piedra). Ya los romanos se dieron cuenta de la importancia estratégica que va junto a las maravillosas vistas desde 159 metros de altura en Puig de Capdepera. Desde aquí se puede observar el canal de Menorca y gran parte de la costa este.
Incluso los árabes construyeron una torre para descubrir lo más pronto posible a los enemigos que se acercaban. El castillo construido gradualmente a principios del siglo XIV domina majestuosamente el pueblo. Desde las almenas se puede ver la isla vecina de Menorca en los días claros. Hoy en día los visitantes admiran el panorama, pero una vez se paraban aquí los centinelas en busca de enemigos. Sobre todo los piratas representaban en el siglo XVI una gran amenaza. Para estar a salvo de sus ataques, los habitantes de Capdepera se instalaron detrás de las amplias paredes del castillo.
Una leyenda conocida por todos en Capdepera cuenta cómo el pueblo fue una vez amenazado por una flota pirata. Los residentes pidieron ayuda a la Madre de Dios en la capilla del castillo. Como consecuencia bajó una niebla densa sobre el mar que obligó a los piratas a retroceder. El legendario rescate de Capdepera se celebra cada año el 18 de diciembre, incluyendo entre otras cosas una procesión solemne de la "Virgen de la Esperanza".
Por cierto, Capdepera también desempeñó un papel decisivo en la reconquista de Menorca por parte de los cristianos. La transferencia de poder se desarrolló sin derramamiento de sangre con un tratado de paz que se llevó a cabo con gran astucia. En junio de 1231 el Rey Jaume I dejó encender 300 fuegos en las colinas Capdepera que ardieron durante varias noches. Desde Menorca se creó la impresión de un gran campamento militar. Presintiendo una clara derrota, los moros enviaron un emisario, quien firmó el tratado de paz agradecido.
Castillo de Capdepera
En el siglo XVIII la caballería armada se hizo cargo de la defensa de la costa. Hasta 1854, el castillo de Capdepera sirvió como guarnición de una unidad-dragón.
Los habitantes de Capdepera se establecieron desde el siglo XVII fuera de los muros del castillo. Los campesinos encontraron en el valle de "Gabellí" suelos fértiles para sus campos.Todavía hasta hoy a los habitantes de Capdepera les gusta llamarse "Gabellíns", aunque siguen viviendo en las montañas como antes y no en el valle. En el casco antiguo se encuentran los inmuebles más solicitados de Capdepera. Muchas de las históricas casas de piedra han sido cuidadosamente restauradas en las últimas décadas y debido a su posición inclinada ofrecen a menudo excelentes vistas. Los estrechos y empinados callejones que conducen hasta el castillo están frecuentemente adornados con flores, también las obras de los artistas locales deleitan la vista.
Una pintoresca escalera conduce hacia abajo hasta la Plaza de l'Orient, el lugar central de encuentro de Capdepera. Aquí se sientan cómodamente los nativos y residentes a tomar juntos un café por la tarde. Algunos hojean la revista de publicación mensual Faxdepera, que informa sobre las novedades del municipio incluyendo las zonas turísticas de Cala Ratjada y Canyamel.
El número de visitantes de Capdepera se mantiene dentro de los límites, a pesar de que el lugar está a sólo 3 kilómetros de la costa. Los pocos turistas son atraídos por las instalaciones del castillo muy bien restauraas, donde también hay conciertos durante el verano. De esta manera ha conservado Capdepera su encanto original
Los Gabelins rinden honores a la amenidad mallorquina y a sus tradiciones. Aquí se practica todavía un oficio que ha quedado casi en el olvido en Mallorca: El trenzado de palmas. En julio, cuando las hojas de los palmitos son más blandas, los Gabelins van masivamente a las colinas de los alrededores armados con tijeras. Las hojas tienen entonces que ser secadas y preparadas en varios pasos antes de ser tejidas en las cestas y sombreros tradicionales. Un grupo de mujeres mayores, "Ses Madones de sa Llata" le pasan el oficio del tejido a los más jóvenes. Cada miércoles se reúnen las mujeres en el castillo para conceder a los interesados una visión de su trabajo.